¡Menuda combinación! No sé a vosotros pero a mi me encanta el chocolate blanco y desde muy pequeña soy una auténtica fan de la leche condensada… así que cuando vi esta receta de bizcocho, pensé inmediatamente que tenía que probar a ver qué tal era. Este bizcocho tiene un sabor suave y nada empalagoso (la receta no lleva azúcar blanco), además gracias a la leche condensada obtendremos un bizcocho de textura húmeda. He utilizado un molde de bundt cake para que quedara más bonito pero podéis utilizar cualquier molde de bizcocho. ¡¡Espero que os guste!!
Ingredientes:
180 gramos de chocolate blanco para fundir
150 gramos de mantequilla
6 huevos
125 gramos de yogur natural
185 gramos de leche condensada
300 gramos de harina
16 gramos de levadura en polvo
Opcional para el glaseado decorativo:
80 gramos de azúcar glas
4 cucharitas de café de agua mineral
Necesitaréis: Molde. Horno. Tamizador para la harina (puede ser un colador). Recomendable batidora de varillas eléctrica para mezclar los ingredientes.
Dificultad: Fácil
Empezamos por pre calentar el horno a 170 ºC.
En un bol, ponemos el chocolate blanco y la mantequilla y lo fundimos en el microondas a baja potencia, en tandas de 1 minuto y mezclando cada minuto hasta que se funda.
Una vez tenemos fundido el chocolate, añadimos los huevos uno a uno y vamos batiendo. Cuando tengamos los 6 huevos incorporados, añadimos el yogur y la leche condensada y volvemos a batir.
Tamizamos la harina y la levadura y las añadimos a la mezcla anterior. Batimos todos los ingredientes hasta que quede una masa homogénea y sin grumos.
Horneamos unos 35 minutos o hasta que veamos que al pinchar el bizcocho con un palillo, este sale limpio.
Esperar a que se enfríe para desmoldar.
Opcionalmente podéis decorar el bizcocho con un glaseado de azúcar muy sencillo de preparar: en un cuenco ponéis unos 80 gramos de azúcar glas y vais añadiendo poco a poco la cucharitas de agua hasta obtener una crema blanca y sin grumos. Después ya podéis decorar el bizcocho (no esperéis mucho o se os secará el glaseado).
¡Buen provecho!