¡Qué bueno está el chocolate blanco! 🙂 Aquí tenéis la primera receta del blog con este tipo de chocolate. El resultado es un pastel de tipo mouse. Como veis en la foto he decorado el pastel con chocolate negro y tengo que reconocer que «mata» un poco el sabor del chocolate blanco así que a vuestro criterio si finalmente decidís decorarlo así.
400 gramos de chocolate blanco
80 gramos de azúcar
400 ml de nata de montar
4 claras de huevo
6 hojas de gelatina
Para hacer la base de galleta:
100 gramos de mantequilla derretida
15 galletas digestive (o 20 tipo maría)
Opcional: virutas de chocolate negro para decorar.
Dificultad: Media
Necesitaréis: Molde desmoldable de 23 cm (yo he usado uno de Lékué). Batidora de varillas. Picadora (opcional).
Empezamos el pastel haciendo la base de galleta.
Picamos las galletas con la picadora o las trituramos con un mortero si no tenemos picadora. Mezclamos bien las galletas con la mantequilla derretida. Repartimos por la base del molde hasta que quede todo el fondo cubierto y bien liso, luego lo dejamos en la nevera media hora.
Ponemos las hojas de gelatina en remojo en agua fría unos cinco minutos.
Rallamos el chocolate blanco y lo ponemos en un bol.
Ponemos a calentar la mitad de la nata, cuando empiece a hervir la retiramos del fuego y la ponemos en el bol donde tenemos el chocolate blanco. También añadimos las hojas de gelatina bien escurridas. Mezclamos bien hasta que el chocolate blanco se derrita. Lo dejamos enfriar.
Montamos la otra mitad de la nata y la añadimos al bol donde tenemos el chocolate blanco. Lo mezclamos con mucho cuidado para evitar la nata baje.
Montamos las claras con el azúcar y también las mezclamos con el chocolate blanco, poco a poco y con movimientos suaves.
Ponemos la mezcla en el molde y dejamos reposar en la nevera entre 3 y 4 horas.
Opcionalmente podemos decorar el pastel con virutas de chocolate.
¡Espero que os guste!
La verdad es que no soy muy de chocolate blanco, pero imagino que se puede adaptar fácilmente a chocolate negro poniéndole algo más de azúcar… La verdad es que tiene una pinta increíble! Besos
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