Aquí os presento está deliciosa receta italiana elaborada con queso ricotta. La base está preparada con galleta picada, en la capa superior lleva ricotta mezclado con chocolate y un poco de café. Si os animáis a cocinarlo, veréis que además de ser una receta muy sencilla de preparar, el resultado es una tarta con una textura y un sabor muy ligeros.

Ingredientes:

500 gr de queso ricotta cremoso

100 gramos de azúcar

250 gramos de galletas digestive o maria

100 gramos de mantequilla

1 cucharita de café soluble

1 cucharita de agua

2 huevos

150 gramos de chocolate negro para fundir

1 vaina de vainilla

Azúcar glas para decorar

Necesitaremos: Molde desmoldable de 23 cm (yo he utilizado mi indispensable de Lékué). Batidora de varillas. Opcional: picadora para la base de galletas.

Dificultad: Fácil

Empezamos por fundir la mantequilla (a 550 kw en el microondas 1 minuto aprox.), o cuando veamos que dentro del microondas que está medio fundida, la sacamos del micro y removemos para que se acabe de fundir.

Picamos las galletas finas.

Mezclamos la mantequilla y las galletas picadas, debe quedar una textura como arena mojada.

Cubrimos la base del molde con las galletas picadas, aplanando para que nos quede una superficie lisa, podéis utilizar una cuchara sopera o un vaso para facilitar este paso.

Fundimos el chocolate en el microondas o al baño maría. Si lo hacéis en el microondas yo he hecho 4 intervalos de 30 segundos (2 minutos en total) a 550 Kw de potencia, parando para remover el chocolate cada 30 segundos (así evitamos que se nos queme).

Ahora separamos las yemas y las claras de los dos huevos.

Batimos las yemas con el azúcar hasta que quede una mezcla cremosa. Añadimos las semillas de la vaina de vainilla (la abrimos en vertical haciendo un corte y con la ayuda de un cuchillo sacamos las semillas del interior de la vaina). También añadimos la cucharita de café soluble disuelta en una cucharita de agua, la ricotta y el chocolate negro fundido. Batimos todo hasta que los ingredientes estén bien mezclados.

Batimos las claras a punto de nieve (podéis echar una pizca de sal).

Incorporamos las claras a punto de nieve a la mezcla anterior y mezclamos con movimientos suaves con una espátula o cuchara de madera.

Vertemos en el molde aplanando la superficie.

Horneamos 45 minutos a 180ºC.

Dejar enfriar antes de desmoldar.

Decorar con azúcar glas por encima.

¡Espero que os guste!