Las torrijas es un postre típico de Semana Santa y una receta muy tradicional. Yo nunca me había atrevido a prepararlas pero unos días atrás conseguí comprar una barra de pan típica de pueblo, con esa miga tupida tan característica. Dejé secar la barra de pan unos días, para poder preparar unas buenas torrijas, el resultado fue unas deliciosas torrijas que combiné con el helado de canela que compartí con vosotros en el último post, el contraste frío/caliente os puedo asegurar que es una delicia. ¡Espero que os gusten!
Ingredientes:
1 litro de leche entera
100 gramos de azúcar blanco
1 taza de azúcar + 1 cucharada sopera de canela mezcladas para «rebozar» las torrijas una vez fritas
2 huevos batidos
media barra de pan de pueblo de unos días cortada a rebanadas (que esté duro) (mirar este enlace para ver un ejemplo de pan)
Aceite de oliva
Dificultad: Fácil
Necesitaréis: Sartén. Papel de cocina.
Ponemos la leche junto a los cien gramos de azúcar, removemos hasta que el azúcar este bien mezclado y cuando esté caliente retiramos (que no hierva).
Mojamos las rebanadas de pan, que se empapen bien y luego las escurrimos un poco, las dejamos en un plato.
Calentamos abundante aceite en una sartén.
Batimos los huevos.
Cuando veamos que el aceite empieza a estar caliente remojamos las torrijas en el huevo batido, por ambos lados de la rebanada.
Freímos las torrijas. Tienen que quedar doradas por ambos lados.
Cuando estén doradas las retiramos de la sartén y las ponemos un minuto en un plato con papel de cocina para que absorba el aceite.
Sin que se enfríen rebozamos las torrijas en azúcar y canela.
¡Espero que os salgan bien!