Si os gusta la receta de la tarta tatin es muy probable que esta tarta también os guste. La base a diferencia de la tatin no es de hojaldre sino de una masa parecida a la de las galletas. Es bastante sencilla de preparar aunque porque negarlo, bastante calórica. 🙂
Ingredientes:
6 rodajas de piña en almíbar
Para caramelizar la piña: 1 cucharadita de mantequilla y una de azúcar.
125 gramos de harina
1 huevo
80 gramos de mantequilla a temperatura ambiente
50 ml de leche
25 gramos de azúcar blanco
75 gramos de azúcar en polvo
1 cucharadita de esencia de vainilla
Dificultad: Fácil
Necesitaréis: Batidora de varillas, molde de 23 cm. Sartén
Primero calentamos el horno a 180º (calentando arriba y abajo).
Ahora caramelizamos las rodajas de piña: en una sartén fundimos una cucharadita de mantequilla y una de azúcar y cuando esté caliente añadimos las rodajas de piña hasta que vayan quedando doradas. Sobretodo tened cuidado cuando las giréis de que no se os rompan. Reservamos las rodajas.
Ahora batimos 25 gramos de mantequilla con 25 gramos de azúcar blanco, cuando estén integrados los dos ingredientes repartimos la mezcla por el fondo del molde con la ayuda de un pincel y también pintamos los bordes. Colocamos la piña en el fondo del molde.
Ahora batimos en un bol el resto de la mantequilla con el azúcar glas. Añadimos el huevo y volvemos a batir, ahora añadimos la harina tamizada, la leche y la vainilla. Ya veréis que la mezcla no es muy líquida pero no os preocupéis.
Repartimos la masa por encima de la piña en el molde e intentamos que nos quede bastante plana.
Horneamos entre 20-30 minutos, depende del horno. Si pincháis la masa con un palillo y os sale limpio ya podéis sacar la tarta del horno.
Antes de darle la vuelta al molde con la ayuda de un plato para que la tarta caiga deberéis esperar a que se enfríe.
Espero que os haya gustado.